Una segunda naturaleza
- Consciencia en Movimiento
- 9 jun 2022
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 17 sept
Hemos creado y recreado una especie de segunda naturaleza, una naturaleza paralela a lo verdaderamente vivo. Esa naturaleza artificial pareciera real en tanto creación que absorbe al participante en su núcleo mismo, por tanto genera la ilusión de que cualquier mirada hecha desde afuera de ella es irreal, ilusoria y hasta falsa. Es una suerte de creación montada encima de lo real que parece real. En ella habita todo lo que uno NO ES, vale decir: el miedo, el odio, la destrucción, la separación, la competencia, el anhelo de poder, la distorsión de la sexualidad natural, la autodestrucción, la enfermedad orgánica y mental que son distintas versiones de lo mismo, la fuga mística y la traición materialista mecanicista de lo vivo. ¿Dónde ha estado el punto de separación original de nuestro propio paraíso que engendró esta realidad ilusoria paralela, que en muchos momentos pareciera que borrara la fiel memoria de quienes somos de verdad y que nunca dejaremos de ser? Pareciera ser que todo comienza en la fragmentación, en el juego de la dualidad, que ha dejado de ser un juego para convertirse en una guerra.
Una parte contra la otra, en vez de una danza de una parte con la otra para disolverse en lo absoluto por lo menos por instantes y recordar la no separación. Así uno se ha vuelto contra sí mismo, ya que la mente se ha separado de la realidad básica del Ser, y al separarse de sí también lo ha hecho de todo lo demás, como un fractal que no termina de repetirse. De ahí el miedo, esa sensación humana de aislamiento frío. Y al miedo le sigue la agresión y a la agresión más miedo y más separación. Sin duda que la intensificación de polaridades que estamos experimentando conducirá inevitablemente a la unión original, tal vez en una explosión bendita o en un despertar gradual, aunque no menos veloz, en que el velo de la percepción de lo que no es real caerá y recuperaremos nuestra verdadera dimensión humana. Tal vez a imagen y semejanza. Allí se iniciará nuevamente otra vuelta de espiral hacia estadios más evolucionarios de Ser, donde el juego de polaridades ya no será entre luz y oscuridad sino entre luz y más luz.

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